La salud dental de los hijos es una preocupación constante para los padres. Es importante mantener una correcta alineación de los dientes desde edades tempranas para evitar problemas futuros. Afortunadamente, los avances en ortodoncia han llevado al desarrollo de tratamientos más cómodos y estéticos para los más pequeños. Uno de los más innovadores es Invisalign First, un sistema de ortodoncia invisible especialmente diseñado para niños.
¿Qué es Invisalign First?
Invisalign First es un aparato de ortodoncia de última generación diseñado específicamente para niños en crecimiento con la dentición mixta temprana. Consiste en una serie de alineadores transparentes que se adaptan perfectamente a los dientes del niño, corrigiendo la maloclusión y las malposiciones dentales.
A diferencia de los tradicionales brackets metálicos, Invisalign First ofrece numerosas ventajas en cuanto a diseño, planificación, comodidad, estética, higiene y eficiencia.
Este tratamiento es altamente discreto y cómodo, lo que evita que los niños se sientan cohibidos o incómodos al usar aparatos llamativos como los brackets metálicos. Además, al no tener alambres ni brackets, no hay rozaduras ni molestias en la boca.
¿A qué edad está recomendado?
Invisalign First está recomendado para niños de 6 a 10 años que presenten problemas de ortodoncia y que aún conserven dientes de leche. Es importante que el niño tenga un número suficiente de dientes definitivos erupcionados, principalmente incisivos y primeros molares, para poder utilizar los alineadores. Sin embargo, en algunos casos puede ser necesario esperar unos meses para que sea el momento adecuado para iniciar el tratamiento.
El tratamiento se realiza durante el periodo conocido como fase de ortodoncia interceptiva o temprana funcional. La duración del tratamiento varía entre 6 y 18 meses, dependiendo del diagnóstico y las necesidades de cada paciente. En general, las primeras fases de tratamiento suelen durar alrededor de un año.
Este tratamiento de ortodoncia invisible ofrece numerosas ventajas en comparación con los brackets tradicionales, como mayor comodidad, menor invasividad y una adaptación perfecta a las necesidades de los niños en crecimiento. Además, al no tener alambres, no hay rozaduras ni molestias en la boca.
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